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Pacto de Estado por la Ciencia – Respuesta de RAICEX

Desde RAICEX nos congratulamos por la propuesta del Pacto por la Ciencia e Innovación, que suscribimos de manera consecuente con la demanda que venimos realizando desde hace años, recogida de manera explícita en nuestro decálogo presentado en 2018 y desarrollada ampliamente en el informe ATRAE, que será presentado en los próximos meses.

El borrador del Pacto por la Ciencia e Innovación presentado pretende claramente fomentar la investigación como pilar para la reconstrucción del tejido productivo y competitivo del país. Somos conscientes, no obstante, de que este es un borrador que pretende alcanzar el máximo acuerdo posible, y por lo tanto en el presente estado se puede considerar como un acuerdo de mínimos, que requiere necesariamente un mayor desarrollo. 

En este sentido, nuestro apoyo a la presente iniciativa vendrá seguido de una serie de propuestas para la mejora y concreción de los puntos tratados, que se recogerán de manera explícita en nuestro informe ATRAE. 

Lo que sigue es un avance de estas propuestas articulado como respuesta a los tres puntos principales del actual borrador de Pacto por la Ciencia e Innovación elaborado por su Ministerio:

  1. El establecimiento de un objetivo concreto para la financiación pública en I+D+i (el 1,25% para 2030, en convergencia con los objetivos de la UE) nos parece un paso adelante positivo, aunque la meta en un futuro debería ser la de superar la media europea. 
  2. En cuanto a la inversión propuesta para el sector privado, creemos que, para hacerla efectiva, este pacto ha de contener alguna mención explícita y quizás medidas concretas para involucrar al sector privado en el pacto. En concreto, se deberían ofrecer posibilidades y mecanismos de colaboración público – privados en I+D+i, además de promover el compromiso del sector privado en España para contribuir con el 1,75% restante con el que poder converger con la media europea del 3% en 2030.
  3. El punto 2, que dota a las agencias de independencia y autonomía, debería recoger la necesidad de flexibilizar la administración y gestión efectivas del sector del I+D. En concreto, la gestión  de estas agencias debería regirse por plazos cíclicos transparentes,  además de  ser independiente de los vaivenes propios de los Presupuestos del Estado. Por añadidura, la gestión de proyectos y contratos de personal científico e investigador debería regirse por los principios de digitalización e internacionalización. En este sentido el modelo de la gestión de proyectos europeos podría tomarse como referente, adaptando la administración de función pública a esta realidad.
  4. Nos alegramos de que se recoja de manera explícita la necesidad de una carrera científica estable y consolidada. Esperamos que futuras iniciativas incluyan medidas concretas en este sentido para garantizar la atracción y la retención de talento. Es necesario garantizar un modelo escalonado y coordinado que asegure la formación, la movilidad, la incorporación, estabilización y consolidación estable del personal de I+D+i, con mecanismos competitivos para avalar la calidad en las diferentes etapas, dotándolos con fondos estables durante la carrera investigadora y con sostenibilidad laboral para garantizar la conciliación familiar.